En el fascinante mundo de la producción de aceite de soja, se oculta un proceso complejo y meticulosamente diseñado que garantiza la alta calidad del producto final. Hoy, lo invitamos a un viaje detrás de escena para descubrir cómo se produce el aceite de soja de alta calidad.
El proceso comienza con la recepción de la soja en nuestras instalaciones. La soja cruda puede contener impurezas como piedras, tierra y otros materiales extraños. Utilizamos equipos de limpieza avanzados que pueden eliminar hasta un 99% de estas impurezas. Por ejemplo, las cribas vibratorias separan las partículas más grandes, mientras que los aspiradores de aire eliminan las partículas más ligeras. Esta etapa es crucial para garantizar la calidad del aceite de soja final.
Después de la limpieza, la soja se somete al proceso de rompe y descarillado. Las máquinas de rompe aplastan las semillas de soja, lo que facilita la eliminación de la cáscara. La eliminación de la cáscara reduce la cantidad de fibra en el aceite y mejora la eficiencia de la extracción. En este paso, se puede alcanzar una tasa de descarillado del 95%, lo que significa que la mayoría de la cáscara se separa correctamente.
El siguiente paso es el condicionamiento y la deslaminación. El condicionamiento ajusta la humedad y la temperatura de la soja para prepararla para la extracción del aceite. La deslaminación reduce el tamaño de las partículas de soja, lo que aumenta la superficie de contacto entre el solvente y la soja durante la extracción. Esto resulta en una extracción más eficiente del aceite.
La extracción del aceite se realiza utilizando un solvente especial. El solvente se mezcla con la soja deslaminada y se extrae el aceite. Después de la extracción, se debe eliminar el solvente restante. La desolventización se realiza a través de un proceso de calentamiento y vacío, que elimina el solvente hasta niveles seguros para el consumo humano. En este proceso, se puede reducir la cantidad de solvente restante a menos del 0,1%.
Después de la extracción, el aceite crudo se somete a una serie de procesos de refinación, incluyendo desgomado, neutralización, blancado y desodorización. El desgomado elimina las mucílages y las impurezas de fosfolípidos. La neutralización reduce la acidez del aceite. El blancado elimina los pigmentos y las impurezas restantes, y la desodorización elimina los olores y sabores indeseados. Estos procesos garantizan que el aceite de soja final sea de alta calidad y tenga un sabor y aroma agradables.
Finalmente, se realiza un proceso de prevención de la congelación para garantizar que el aceite de soja no se congele en condiciones de temperatura baja. Esto se logra a través de un proceso de fraccionamiento, que separa los triglicéridos de alto punto de fusión del aceite.
La producción de aceite de soja también genera subproductos valiosos. La torta de soja restante después de la extracción del aceite es una excelente fuente de proteínas y se utiliza en la alimentación animal. Además, la cáscara de soja se puede utilizar como abono orgánico, lo que demuestra nuestro compromiso con la sostenibilidad ambiental.
En resumen, la producción de aceite de soja de alta calidad es un proceso complejo que requiere una atención meticulosa a cada detalle. Nuestra empresa se enorgullece de utilizar tecnologías avanzadas y procesos rigurosos para garantizar la calidad de nuestro aceite de soja. Además, estamos comprometidos con la sostenibilidad ambiental y la utilización eficiente de los recursos.
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