El aceite de soja es uno de los productos esenciales en la industria alimentaria mundial, con una producción anual que supera los 50 millones de toneladas. Pero ¿qué hay detrás de esa botella que llega a manos de los consumidores? El proceso de producción es una compleja cadena tecnológica que combina precisión, innovación y rigor para garantizar un producto final de máxima calidad. Acompáñenos a recorrer cada etapa clave en la fabricación del aceite de soja y descubrir cómo nuestra empresa implementa controles estrictos y tecnologías avanzadas para satisfacer las exigencias de los mercados más exigentes.
La calidad del aceite comienza con la propia soja. Se realiza una selección rigurosa mediante equipos de limpieza y cribado que eliminan impurezas físicas como piedras, polvo y restos vegetales. Esta etapa es fundamental para prevenir daños en la maquinaria posterior y asegurar una extracción eficiente.
Tras la limpieza, la soja pasa por un proceso de trituración y descascarillado que facilita la liberación del aceite. El uso de molinos de rodillos ajustables garantiza la fragmentación óptima, mientras que las cribas especiales separan la cáscara del grano sin contaminar la masa oleaginosa.
A continuación, los granos fragmentados se someten a un proceso de tostado ligero y acondicionamiento térmico para romper las membranas celulares y facilitar la liberación del aceite. Esta etapa crucial, controlada con sistemas automatizados, optimiza la eficiencia de extracción y ayuda a conservar las propiedades nutritivas.
Aquí la innovación juega un papel central. Utilizamos equipos modernos como prensas hidráulicas y extractores por solventes con butano o hexano, que permiten obtener un rendimiento superior al 98%. La extracción mecánica complementa el proceso, disminuyendo residuos y optimizando la materia prima.
Una vez extraído el aceite, se remueve cuidadosamente el solvente residual mediante desolventadores de última generación, asegurando un producto limpio y seguro. Posteriormente, un proceso de desgomado elimina las impurezas naturales como fosfolípidos, que podrían afectar estabilidad y sabor.
Para alcanzar la pureza requerida en el mercado, el aceite pasa por etapas sucesivas:
Finalmente, se aplican tratamientos específicos para evitar la formación de cristales durante el almacenamiento en climas fríos, preservando su aspecto y textura hasta el consumidor final.
Un aspecto esencial en nuestra producción es la gestión eficiente de subproductos como la torta de soja residual, que se destina a la elaboración de alimentos para animales, fertilizantes y otros usos industriales, contribuyendo así a una economía circular sostenible.
Nuestra compañía implementa rigurosos controles en cada etapa del proceso, garantizando parámetros estrictos mediante tecnología de punta y personal altamente capacitado. Los informes de calidad internos y las auditorías externas confirmaron que menos del 0.05% del producto final presenta desviaciones, índice muy por debajo del estándar industrial.
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